Aaron Boone expresó un momento de profunda emoción y reflexión sobre su conexión con Juan Soto después de la eliminación de los Yankees.
Al percibir la posibilidad de que Soto pudiera no regresar al equipo, Boone sintió la necesidad de llevarlo a un lado para expresar lo importante que había sido para él contar con el joven jugador.
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Esta escena íntima y personal dejó ver el lado humano de Boone, no solo como mánager, sino también como un hombre que valora y se conecta emocionalmente con sus jugadores.
Durante este abrazo, Boone dejó claro cuánto significa Soto para él y para el equipo.
Según Boone, aquel abrazo fue su forma de despedirse y agradecer a Soto por su dedicación y esfuerzo.
Y también fue un acto simbólico de despedida en caso de que el joven pelotero no volviera a vestir la camiseta de los Yankees.
Este acto representa una despedida silenciosa y muestra la estrecha relación que Boone ha desarrollado con él.
El mánager también reflexionó sobre la naturaleza efímera del tiempo, recordando que, aunque tanto los momentos buenos como los malos son temporales, el tiempo parece pasar más rápido cuando se disfruta. Esta percepción hace que momentos como los compartidos con Soto se sientan aún más valiosos. Boone lamentó que, aunque deseaba que esa conexión durara para siempre, estaba consciente de que las cosas buenas, como su vínculo con Soto, también tienen un final.